Sant Boi de Llobregat, en Cataluña, se ha desarrollado a los márgenes de rio Llobregat, que recorre una gran extensión de las tierras catalanas, nace en la sierra del Cadí y desemboca en el Mar Mediterráneo.
Como es el caso de muchas ciudades europeas, los orígenes de Sant Boi se remontan a la Antigüedad, en el siglo IV a. C., como lo han probado las evidencias arqueológicas, si bien sus primeros asentamientos permanentes de carácter urbano datan del siglo X, como una villa que se fue desarrollando alrededor de la Iglesia de Sant Baldiri (o Boi), que le daría su nombre. A inicios del siglo XX Sant Boi poseía más de 5.000 habitantes, siendo una de las poblaciones más numerosas del Bajo Llobregat y su desarrollo fue sostenido. En las décadas del 60 y 70, la ciudad experimentó una industrialización importante, lo que atrajo numerosos migrantes de otros lugares de España, con lo cual se produjo un aumento demográfico notable.
El municipio cuenta con numerosas empresas comerciales, de restauración, alojamiento e industrias. Se destaca su gran red de equipamientos socioculturales y sanitarios, entre ellos un Parque Sanitario que incluye hospitales generales, uno materno infantil y otro de salud mental. La vida cultural de Sant Boi es sumamente dinámica, promovida por el Ajuntamiento a través de la celebración de fiestas locales y ferias que dan cuenta de la rica tradición catalana, así como de la integración de numerosos colectivos migrantes que han aportado su impronta a través del comercio y expresiones culturales diversas.
Actualmente, cuenta con casi 85.000 habitantes distribuidos en el territorio de manera desigual, con zonas urbanas de alta ocupación y otras más despobladas, en la zona montañosa. Es un punto estratégico en el sistema de comunicaciones de Barcelona, dista 6 kilómetros del Aeropuerto del Prat, 9 kilómetros del puerto y 15 de la ciudad de Barcelona.