Una oficina es un local destinado y acomodado al trabajo de una o varias personas. Dependiendo del tamaño de la misma, los trabajadores estarán dispuestos en varios puestos o bien en puestos compartidos y dispondrán de más o menos recursos para llevar a buen puerto sus trabajos. Habitualmente se suele atribuir a una oficina más reducida un ambiente de trabajo menos ordenado y más bullicioso que en aquellas que se dispone de más espacio para cada empleado. Incluso se puede atribuir a dicho espacio el nivel de concentración de un trabajador, a mayor espacio, mayor concentración dado que hay menos distracciones, mayor comodidad y aumenta la productividad.
Actualmente es muy común encontrar no sólo oficinas aisladas repartidas tanto por las grandes urbes como por las más pequeñas o pueblos, sino edificios de oficinas. Dichos edificios son construcciones destinadas en su totalidad a albergar multitud de oficinas tanto de la misma empresa o actividad como de varias empresas o incluso multidisciplinares. El objetivo de aglutinar en un edificio varias oficinas es el de facilitar el desempeño del trabajador y de la administración del mismo si se trata de una única empresa o bien el de ofrecer un entorno con todo tipo de medios y facilidades para la efectividad en la realización del trabajo. Por ejemplo, ubicar una oficina en una vivienda es complicado en ocasiones porque la electricidad en ella no es la adecuada o porque la comunicación entre departamentos es complicada debido a que no hay una red de comunicaciones en sí misma y hay que realizar dicha instalación. En estos edificios todo esto está pensado y están preparados tanto en materia de electricidad, equipamiento tecnológico, telecomunicaciones, iluminación e incluso si hablamos de grandes ciudades de trabajo, todos los servicios que concilien vida familiar y profesional, como guarderías, bancos, supermercados y muchos otros.
Actualmente, hay muchas empresas que invierten en el ocio de sus empleados y crean espacios en las mismas destinados al sus trabajadores, al fin y al cabo es el lugar en donde más horas pasa un oficinista a lo largo de los días laborables. Se ha constatado que un empleado contento y motivado es más productivo y aporta más que un empleado desmotivado y aburrido con tareas repetitivas y un entorno monótono. Por ejemplo se ponen a su disposición salas de juegos, terrazas al aire libre para almorzar o televisiones para amenizar los descansos y hacer que el oficinista esté más motivado y menos agobiado por los problemas habituales de la profesión.