Para aquellos con imaginación, un dúplex puede ser visto como un loft vertical. Permite tener un solo ambiente manteniendo la intimidad en el cuarto, un simple pero efectivo beneficio arquitectónico. Y al tener un dúplex con piscina, este se transforma en el refugio preferido de solteros y parejas sin hijos.
Una piscina le suma gran valor a un dúplex: lo más usado en la actualidad es ubicarla en la terraza aprovechando toda su extensión. En otros casos se disponen pequeñas piscinas en patios internos en la planta baja, más usadas por su fácil y cómodo acceso. No es necesario abandonar la idea de la piscina si no se cuenta con patio ni terraza, siempre se puede disponer de un pequeño espacio del interior para una piscina cubierta.
Es importante a la hora de elegir un dúplex con piscina, que tenga un baño en suite en el primer piso, ya que puede resultar insufrible a largo plazo bajar al baño a media noche. Usar esas escaleras cuando uno está aún dormido, o lo que es peor, ebrio, puede ser muy peligroso. Lo ideal sería contar con una habitación en la planta baja y otra más pequeña en el primer piso.
En algunos dúplex el cielo raso no divide completamente el primer piso de la planta baja, formándose un “entrepiso”. Este diseño permite disfrutar de altos techos, lo que genera una placentera sensación de amplitud. En estos casos, si la ventana del frente se extiende a lo alto de los dos pisos, el espacio se acompaña de luminosidad asegurada.
Pero no todos los dúplex con piscina representan soluciones económicas de espacio: pueden echar un vistazo al dúplex de Messi, con 4 habitaciones y 3 baños, jardín y piscina, valuado en nada menos que 2 millones de euros.