El chalet es un clásico de la arquitectura muy valorado por su simpleza y durabilidad. Rodeado de un parque, un chalet con piscina es la solución para aquellos que desean escapar de los ambientes reducidos de la ciudad.
La clásica vivienda rural suiza de los Alpes, el chalet, es una de las primeras construcciones ecológicamente funcionales que existen. Los chalets tradicionales constan de tres plantas construidas con madera o piedra, techos de tejas y alerones.
Antiguamente eran las casas donde vivían los pastores y su disposición arquitectónica estaba pensada para adaptarse a los cambios de temperatura, por el efecto aislante que logra la disposición del techo y la ventilación de la planta baja. Con los años han sido reinventados para adaptarse a amplios climas y necesidades, en forma de pequeñas casas de vacaciones y residencias. Los más buscados son los chalets pequeños de dos plantas, con amplio patio y piscina.
En los últimos años ha crecido ampliamente la construcción de chalets con piscina nuevos para venta y alquiler en Europa. En España, sus precios han caído acompañando a los de todo el sector inmobiliario, transformándose en una buena oportunidad de inversión. Existen opciones accesibles en muchas localidades de España. Los alquileres oscilan entre 700 y 900 euros.
Cada vez más gente los elige sacrificando ubicación por espacio, para cumplir el sueño de tener patio. Los ambientes suelen ser amplios y cómodos, con excelente iluminación, cochera y terraza.
Hay ofertas online de trueque de pisos en Madrid por chalets con piscina en el interior. Algunos chalets adosados en las afueras de la ciudad se consiguen por precios muy económicos, en un entorno tranquilo. Se debe evaluar con anticipación la calidad de las construcciones, los servicios disponibles en las cercanías y el acceso a transporte público.