Tipos de vivienda en Ciudad Real

Enclavada en Castilla La Mancha, Ciudad Real ofrece el encanto de España a sus visitantes entre murallas que relatan el pasado y reconocimientos que auguran el futuro, prometedor de esta ciudad del vino y la Semana Santa. Si ambos son célebres, la Semana Santa, además, ha sido declarada de Interés Turístico Nacional.

Viajar a Ciudad Real es buscar el relax acomodado en cada esquina histórica del lugar. Pues su sangre lleva genes de tierra de ganaderos y explotaciones vinícolas que ofrecen la mayor hospitalidad a los visitantes. Lo hacen, por supuesto, a través de sus vinos, pero también de su gastronomía, siempre contundente para soportar con energía el frío invierno típico del clima mediterráneo.

Migas, pista manchego, caldereta, tiznao, asadillo, quesos de leche de oveja, y unas flores, bizcochá, o arrope en el postre, nos dejarán listos para recorrer sus monumentos, que si bien lamentablemente, y por el devenir del tiempo, no se han conservado bien, todavía permanecen las huellas históricas de los orígenes de Ciudad Real. Como los torreones, túneles subterráneos y aljibes que permanecen de lo que, en otro tiempo, fue un Alcázar.

Pero aún nos quedan La Puerta de Toledo, del siglo XIII, la Casa Real de la Caridad, del siglo XVIII, o la casa de Hernán Pérez del Pulgar, del siglo XV. Además de distintas iglesias, como la de la Merced, de San Pedro Apóstol, y Santiago apóstol.

La mejor fecha para viajar a Ciudad Real es en mayo, ya que por este mes tienen lugar la Feria Nacional del Vino, en los años impares. Mientras que, en los años pares, se celebra la feria de productos con denominación de Origen. Toda una delicia para los sentidos.