De una belleza impresionante, los pastizales y la inmensa población de encinas en Boadilla Del Monte, hacen de este municipio, ubicado a 14 km de Madrid, un destino excelente para el goce del paisaje. Además, el río Guadarrama baña al municipio y pueden visitarse los arroyos: Las pueblas, Los Pastores, Los Mojuelos o el Calabozo, entre otros.
Con tal hidrografía, Boadilla Del Monte es un municipio que nos ofrece una prodigiosa variedad de flora. Junto a las ya mencionadas encinas, podemos apreciar fresnos y robles hermosísimos.
Pero, aunque vale ya la visita por el paisaje natural, no todo es pastizal. Para los amantes de la arquitectura puede observarse una impresionante urbanización caracterizada por los detalles de las distintas décadas del siglo XX (en las que el municipio se desarrolló paulatinamente como lugar de residencias de descanso).
Entre los sitios que hay que visitar sin pensarlo están, la Iglesia de San Cristobal, una enigmática muestra del pasado mudéjar en la región y; como una muestra de la arquitectura del siglo XVIII, el Palacio del infante don Luis, con una fachada con pocos relieves pero llena de detalles como escudos, jarrones, y rodeado por jardines bien dispuestos. Lo más remarcable es su fusión entre arquitectura y «paisaje rural» de los que en España sea, quizá, el último bastión.
Para las fiestas de «Nuestra Señora del Rosario» hay que estar en Boadilla Del Monte la primera semana de octubre en la que se disfruta de variada música y espectáculos culturales.
En el municipio se practica el senderismo y la bicicleta de montaña, basta consultar las rutas más usuales para dichos deportes o, claro, trazar las propias. El paisaje realmente vale el paseo.