Algeciras nunca defrauda a quienes van buscando el sol, y es que aquí el astro rey brilla al menos 300 días al año, por lo que las expectativas de sol, calor y playa, siempre son satisfechas para el visitante. Como tampoco lo hace la hospitalidad de sus gentes, la calidez de sus rincones con sabor a tradición, y las calas.
Dije bien, sabor a tradición, y es que Algeciras, es uno de los puertos con más tráfico de pasajeros y mercancías de Europa, todo un alarde de mezclas, culturas e historias que contar para una civilización siempre en movimiento, y en una sociedad que siempre está en contínuo avance.
Para religiosos, o amantes del arte y la cultura, la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma del siglo XVIII, y la capilla de Nuestra Señora de Europa, más antigua aún, del siglo XVII, son visitas que apuntar en la agenda, tanto como el paso por las playas del Rinconcillo, San García o Getares. Si lo tuyo es la montaña, la cala Parra, te ofrece además de playa, un terreno montañoso donde perderte.
Los románticos se dejarán deleitar por las estrechas y escarpadas calles del barrio de San Isidro. Y para dejarse embriagar del todo, una ruta por el Sendero del Río de la Miel. Para terminar con una dosis de cultura y recuerdos en las Murallas Meriníes. Tampoco dejes de pasar por el Parque María Cristina, donde podrás ver los baños Meriníes y la espectacular noria islámica.
Si tu madre no te acompaña, y quieres llevarle un homenaje, hazte una fotografía junto al Monumento a la madre, muy cerca de la Capilla de Europa.